Es algo que muchos dueños ven y les da gracia, hasta que recuerdan que puede indicar molestia o incomodidad. Cuando un perro se “desliza” sobre sus glúteos, lo que está haciendo es intentar aliviar algo que le molesta en esa zona. A continuación te explico las causas más comunes y qué puedes hacer al respecto.
Causas frecuentes del “scooting” (arrastrar el trasero)
Estas son las razones más habituales por las que un perro arrastra su trasero:
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Glándulas anales afectadas: los perros tienen dos glándulas justo dentro del ano que se pueden bloquear, infectar o llenarse más de lo normal. Cuando esto ocurre, el perro siente presión o dolor, y escarbar o arrastrarse es su manera natural de aliviarlo.
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Irritación de la piel: alergias, residuos de productos de higiene, picazón o sequedad pueden hacer que el área se vuelva irritante, y el perro busca aliviar ese escozor.
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Restos fecales o pelo enredado: en perros de pelo largo o en razas que tienen pelo alrededor del ano, puede acumularse excremento o enredos que causan molestia.
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Parásitos intestinales: algunas parasitosis, como tenias, generan picor en el área anal, lo que motiva ese comportamiento.
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Hábito: incluso si la causa original desaparece, el perro puede seguir haciéndolo por costumbre, porque alguna vez le dio alivio.
Qué puedes hacer
Cuando notes que tu perro arrastra el trasero, puedes intentar estos pasos:
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Limpieza suave: revisar la zona con cuidado y limpiarla con toallitas aptas para perros. Asegúrate de eliminar cualquier residuo sin irritar más la piel.
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Revisar signos de alarma: si ves hinchazón, pus, mal olor, sangre o el perro lo hace muy seguido, es una señal de que algo más grave puede estar pasando.
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Corte de pelo o mantenimiento: en los perros de pelo largo, mantener la zona recortada ayuda a evitar acumulaciones de suciedad o enredos.
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Baños adecuados: usar champús suaves, sin fragancias fuertes, y mantener higiene regular de la zona trasera.
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Visita al veterinario: si el problema persiste o se agrava, es importante que un profesional evalúe si hay glándulas anales obstruidas, infección, parásitos u otra condición que requiera tratamiento.
¿Cuándo preocuparse?
Acude al veterinario si observas:
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Que lo hace muy frecuentemente
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Hinchazón, secreciones o mal olor en la zona
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Sangre o dolor visible
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Que el perro muestra signos de incomodidad severa
Estos síntomas pueden apuntar a problemas que requieren atención especializada, como infecciones, abscesos o glándulas anales bloqueadas.
Cuidar es prevenir
Si tu perro ha comenzado a arrastrarse o notas cualquier signo de incomodidad, no esperes a que empeore. Agenda una revisión con tu veterinario de confianza para detectar la causa y aliviar su molestia a tiempo.
El cuidado preventivo siempre es la mejor herramienta para mantener a tu compañero feliz, saludable y sin picazón.
